jueves, 2 de diciembre de 2010

A veces no hacen falta explicaciones.

-No sé porque he venido aquí. ¿Qué estamos haciendo? Estamos aquí sentados comiendo y bebiendo y ninguno estamos diciendo realmente nada.
·¿Que quieres que diga?¿De que quieres que hablemos?
-¿Por que no me llamaste? ¿Es que no merecía otra explicación que esa carta? No podrías haberme llamado, no podrías haberme dado alguna opción para hacerte cambiar de idea? ¿No crees que me debías eso?
·No pude.
-No pudiste…¿no te pareció importante como para llamarme? ¿Por que? Dame una respuesta. ¿Por que no?
·Porque no pude…
-¡¿Por que?! ¡¿Por que?!
·¡Porque solo con oir tu voz habría cambiado de idea! ¿Es eso lo que querías oir? ¿Eso es lo que esperabas oírme decir viniendo aquí? ¿Te ha parecido duro estar lejos? ¿Crees que para mi ha sido fácil estar sin ti? ¿Has pensado que cada día que pasaba me parecía una vida sin ti? ¡Tim estaba enfermo!. Estaba enfermo y me necesitaba. Necesitaba mi ayuda y necesitaba que le ayudara con Alan, con todo. ¡Yo estaba sola y no tenia ni idea de lo que estaba haciendo!
Yo no planeé esto. No sabia que iba a ser de mi. Pero pasó y no creas que intenté descolgar el teléfono mil veces para llamarte. ¿Crees que me gusta estar aquí delante de ti así? No tuve elección… 
[ ... ]
·Voy a poner la cafetera.
-Tengo que irme.
·Nos vemos pronto.
 … (el silencio es el único que se escuchaba)
 Di lo mismo…
 Cuando yo lo decía, tu lo decías. ¿Recueras?
... 
John, dilo.
-Adiós Savannah.
Odile.

No hay comentarios:

Publicar un comentario